[blockquote author=”Celia Clavijo – Diario MálagaHoy”] Supervivientes de un accidente en el que murieron cuatro alumnos y dos profesores tras despeñarse un autobús homenajean a las víctimas.[/blockquote]
Un accidente con siete fallecidos y más de 40 heridos. Una excursión escolar que se tornó trágica y tiñó de luto Montejaque. El próximo 27 de abril se cumplirá medio siglo de aquella jornada en la que cuatro alumnos y dos profesores del Instituto de Enseñanza Secundaria Nuestra Señora de la Victoria, en Martiricos, perdieron la vida cuando el autobús en el que regresaban de visitar la Cueva de la Pileta se salió de la calzada y cayó por un precipicio de 50 metros. También murió el conductor. Fernando Nieto era uno de los que viajaba en ese vehículo. “Siempre decimos que somos hermanos gemelos porque la vida nos dio ese día una nueva oportunidad. Voy a cumplir 66 años, pero tengo 50. Ninguno lo olvidamos”, explica.
El siniestro tuvo lugar en la carretera que va de Benaoján a Ronda, muy estrecha para el paso de autobuses. “En un momento dado, el nuestro se salió. Dio tres vueltas de campana. No fue culpa del conductor, que era bastante experto. Volvíamos de una excursión organizada por la profesora de Historia María Victoria Serrano, que tenía 25 años y falleció en el accidente”, subraya.
Los recuerdos de la escena, a partir de entonces, comenzaron a diluirse. Pero todavía, sin embargo, se le pone “el vello de punta” al describir la inmensa cola de vecinos dispuestos a colaborar con los heridos. “Estaba llegando al Hospital de Ronda y ya había gente preparada para donar sangre. 50 años después parece algo normal, pero en el 66 la sangre incluso se vendía. No era frecuente, menos aún en la Serranía de Ronda. Los vecinos pusieron su coche a nuestra disposición”, agrega.
La escasez de medios disponible en aquella época dificultó las tareas. Reinaba, dice, el caos. “Había bastantes heridos. Uno tenía fractura de columna y estuvo seis o siete meses ingresado en un hospital de Sevilla. Otros esaban intoxicados”, recuerda. La recuperación de los cadáveres no fue fácil. Y es que el autobús había quedado empotrado en las rocas. Fernando iba sentado en el lado de la ventanilla en la zona central del autobús. Sufrió contusiones en la cabeza, en el fémur y en el tórax. “Los puntos se me infectaron y estuve casi un mes en el hospital. Nos salvamos porque teníamos entre 15 y 16 años y estaba de Dios”, sostiene.
Los jóvenes que el 27 de abril de 1966 sobrevivieron se han propuesto conseguir que la memoria de las víctimas continúe viva. También varios compañeros. El viernes 6 de mayo, a las 18:00, se entregará al IES Nuestra Señora de la Victoria una placa conmemorativa. Además, está previsto que en el lugar del accidente se coloquen al día siguiente unas flores. Una placa acompañará al monolito que ya recuerda la tragedia. Los organizadores entregarán también menciones a los ayuntamientos de Montejaque, Benaoján y Ronda por la generosa entrega de sus vecinos y autoridades, expresan los organizadores.
El último accidente de tráfico que se recuerda de similares características se remonta a 2008. Nueve turistas finlandeses murieron, 19 personas sufrieron heridas graves y 16 leves en un siniestro ocurrido en la A-7, a la altura de Arroyo de la Miel, al volcar un autobús tras colisionar contra él un todoterreno, cuyo conductor, que fue detenido, doblaba la tasa de alcoholemia permitida.