La Semana Santa de Montejaque, aunque no se tiene documento excento que lo acredite, al haberse quemado en tiempo de la guerra civil todos los archivos, tanto de la iglesia como del ayuntamiento, pero si por transmisión oral de las personas más ancianas del pueblo, se sabe, que es muy antigua y que solo fue suspendida en tiempos de la guerra.
Las imágenes que había en la iglesia antes de la guerra, según se sabe, tenían un gran valor escultónico, sobre todo el Cristro Yacente ó Santo Entierro como era conocido.
Desgraciadamente este patrimonio escultórico, pictórico y artístico que tenia nuestra parroquia fué saqueado y destruido en la guerra, excepto nuestra patrona, que fue escondida por una señora del pueblo y así se logró salvarla.
Acabada la guerra el culto fué restablecido y las iglesias con los creyentes a la cabeza fueron recuperando su actividad y poco a poco con donativos de los creyentes se fueron comprando imágenes de culto.
Haciendo fundaciones y organizando poco a poco en cada ciudad y pueblo las hermandades que actualmente procesionan las calles.
El párroco primero que hubo después de la guerra fue D. Lorenzo Castaño Serra, catalán de nacimiento y exiliado de su tierra acogido por la diócesis de málaga. Este párroco con mucho esfuerzo y con la ayuda de todos los parroquianos compró la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores y el Cristo Crucificado, fueron esculpidos en el pueblo catalán de Olot. Se desconocen los nombres de los autores, pero son obras muy bonitas. Estas dos imágenes salen de procesión el Jueves Santo.
Al principio como no había dinero salía la Virgen en unas parihuelas pequeñitas el Cristo se llevaba sin tronco solo con la cruz a cuestas por cuatro o cinco hombres.
Durante el paso de varios párrocos se fue haciendo esto sin muchos cambios. Fue la llegada del párroco D. Samuel Torres Rubio cuando la Semana Santa cambió radicalmente; compró el Cristo Yacente, siempre claro está, con la ayuda de los feligreses, etc. Organizó dos hermandades, una del Cristo Cruxificado y Yacente, y otra de la Virgen de los Dolores. Involucró a todo el pueblo y logró que cada uno tuviera su túnica:
[blockquote author=”SEMANA SANTA MONTEJAQUE”] Blanca para los hermanos de la Virgen de los Dolores.
Negra para el Cristo.[/blockquote]
Las mujeres iban con la mantilla clásica española.
La Virgen estrenó un trono que fue donado por D. José Real Pinos, el carpintero del pueblo. El Cristo se le hizo un pequeño trono y al Señor Yacente se le hizo una urna de madera y cristal, donada por Dña. Francisca Guzmán García, una telefonista del pueblo.
Cuando este párroco fue trasladado se quedó un poco huerfana nuestra Semana Santa y decayó un poco. Sin embargo, sigue adelante, gracias al esfuerzo de algunos señores que, mientras puedan, seguirán esforzándose, en que nuestra Semana Santa sea una de las más bonitas de nuestro entorno.
Nuestra Virgen de los Dolores luce bonitos trajes y mantos hechos por prestigiosos bordadores de Sevilla y monjas de clausura, dirigidos por la camarera de la patrona y de la Virgen de los Dolores, Dña. Josefa Harillo Vázquez (conocida por Pepita en el pueblo). Esta señora también, le ha confeccionado numerosos trajes bordados tanto a una como a otra Virgen.
Lleva vistiendo a las virgenes más de sesenta años en colaboración con Dña. Francisca Morales y otras personas del pueblo que junto con ella han estado sacando dinero con rifas, donativos, etc, etc, para que estas imágenes salgan a la calle cada semana santa con la máxima belleza.
Cada año los actuales organizadores de las procesiones se esmeran en que todo salga lo mejor posible.
Los costaleros son jóvenes de ambos sexos que ponen todo su empeño cada año en hacer que nuestra señora pasee gloriosa por las calles estrechas y bellas de nuestro pueblo. Estos jóvenes merecen el máximo respeto porque con su esfuerzo y sacrificio hacen posible que nuestra Semana Santa salga a la calle.
Tal es la devoción de estas fiestas en el municipio, que incluso el colegio, realiza una procesión, en modo de ofrenda por la devoción inculcada, el viernes antes al comienzo de la celebración de esta semana tan especial para todos/as.
El Jueves Santo, como ya se ha dicho antes, procesionan la Virgen de los Dolores y el Cristo Crucificado, acompañado de la banda de música municipal.
El Viernes Santo, la virgen de los dolores acompaña al cristo yacente por las calles del pueblo, ambos pasos acompañados de los hermanos con sus túnicas negras y blancas.
Adornados bellamente y que sobrecogen el silencio por las angostas calles de nuestro bello pueblo y por gentes de otros lugares de España y del extranjero.
El silencio de esta procesión solo se rompe por los acordes de las marchas de música.
Es emocionante el encuentro de las imagenes en la plaza del pueblo cada noche al final de la procesión y la entrada dificultosa en la iglesia.