Tras cuatro años de negociaciones con la Junta de Andalucía, se ha conseguido recuperar la gestión del Cortijo de Líbar.
El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y el alcalde de Montejaque, Diego Sánchez, formalizarán hoy, en el Ayuntamiento, la cesión, por parte del Gobierno andaluz al Consistorio, del Cortijo de Líbar.
Un refugio de montaña enclavado en pleno parque natural Sierra de Grazalema y en un paraje de gran belleza. Así lo aprobó ayer el Consejo de Gobierno, que permitirá que el Consistorio se haga cargo del mantenimiento, vigilancia y puesta en servicio de las instalaciones que cuentan con una capacidad para unas 60 o 70 personas.
El alcalde, Diego Sánchez, mostró su satisfacción por haber logrado recuperar la gestión de este espacio, que ahora se espera reconvertir en un punto para la difusión de la riqueza natural de la zona y también en un punto de conocimiento del medio en el que se encuentra. Además, lamentó que una “mala gestión” de los gobierno anteriores provocasen su pérdida. El Consistorio tendrá que acometer una profunda remodelación de las instalaciones para ponerlas a pleno rendimiento. Si bien no se ha fijado un plazo el regidor se mostró convencido de “sacarle rendimiento”, aunque se descarta la cesión a una empresa privada para la gestión. En este sentido, explicó que será el Consistorio el que tengan la explotación directa.
Este emblemático inmueble está situado a alrededor de diez kilómetros del municipio del Valle del Guadiaro y el Ayuntamiento, según indicó el regidor, tiene intención de ponerlo en valor desde el punto de vista turístico, educativo y deportivo, incrementando, por tanto, su oferta en este sentido. Esta construcción, que está en desuso, cuenta con una superficie construida de casi 438 metros cuadrados. Desde la Junta destacaron que la gestión por parte del Ayuntamiento permitirá garantizar su mantenimiento y vigilancia, entre otros.
En los metros cuadrados que ocupa este cortijo existen espacios para dormir y cocinar, estando previsto equiparlo como antaño y utilizarlo como un punto para que los escolares se acerquen a la naturaleza. El Consistorio se hará cargo del espacio por mínimo de 10 años y un máximo de 50.